Vehículo eléctrico y sistemas ADAS, dos de los grandes retos del sector asegurador

20/04/2020 Compartimos la Tribuna de nuestro Director General, Carlos Arregui Dalmases publicada en INESE sobre las Nuevas tecnologías en la automoción

El pasado 27 de febrero, Centro Zaragoza impartió una jornada titulada ‘Nuevas Tecnologías en la Automoción en una de las sedes principales del grupo Allianz. Interesante e intensa jornada que versó sobre dos grandes temáticas que preocupan en la actualizada a este sector: los Sistemas Avanzados de Ayuda a la Conducción (o sistemas ADAS) y la llegada del vehículo eléctrico al parque automovilístico español.

La entrada en vigor del reglamento UE 2019/2144 hará que ciertos sistemas ADAS pasen a ser obligatorios por ley a partir del año 2022. Estos sistemas son los primeros pasos hacia la conducción autónoma, ofreciendo un plus de seguridad y reduciendo la siniestralidad y la gravedad de las lesiones sufridas en los accidentes de tráfico.

Está claro que hasta que esta tecnología se haga masiva en nuestras carreteras, la coexistencia de vehículos con y sin ADAS plantea un gran reto al sector asegurador. Es previsible que el coste de reparación medio incremente, dado que los sistemas ADAS basan su funcionamiento en las señales recogidas por un determinado número de sensores que, lamentablemente, se ubican en zonas sensibles a recibir impactos a baja velocidad.

El descenso del número de accidentes no será claramente visible hasta pasados algunos años de la entrada en vigor de esta ley, cuando la inclusión de vehículos con este tipo de tecnología sea mucho más numerosa. No obstante, sí será visible el efecto en el incremento de los costes materiales, por la presencia de dichos sensores, el uso de nuevos materiales y las calibraciones.

Los talleres han de estar capacitados para acometer este tipo de reparaciones, siendo necesario, en muchos casos, realizar una potente inversión para disponer de los equipos de calibración necesarios para finalizar la reparación con éxito.

Para comprender estas nuevas necesidades, el sector asegurador debe estar preparado, formando para ello a los principales agentes involucrados, con el objetivo de que conozcan de primera mano los distintos sistemas ADAS, su funcionamiento, sus sensores, etc., así como los pasos que ha de seguir un taller para realizar una correcta reparación.

Asimismo, la creciente difusión en el mercado de vehículos con nuevos sistemas de propulsión, como son los vehículos híbridos y eléctricos, exige una importante adaptación y una actualización de conocimientos que afecta ya a diferentes colectivos profesionales.

La existencia de este tipo de vehículos puede ser atractivo para las compañías aseguradoras, ya que deben conducirse de forma eficiente, evitando aceleraciones y frenadas intensas, para así incrementar su autonomía; lo que probablemente se traducirá en una menor accidentalidad. No obstante, no hay que olvidar que también los talleres vinculados a las aseguradoras deben formarse y adaptarse para poder reparar este tipo de vehículos, ya que tienen unas características que varían respecto a los vehículos de combustión interna convencionales, entre otros componentes incorporan un motor eléctrico y una batería de alta tensión, conllevando consigo nuevos riesgos (riesgos eléctricos, químicos e igualmente el de incendio).

Dado que los vehículos eléctricos tienen menos componentes mecánicos, todo indica a que su vida útil será mayor que la del vehículo convencional de combustión. No obstante, los fabricantes señalan que la vida útil de las baterías de ion litio es de aproximadamente 7 años, ya que conforme pasa el tiempo disminuye su capacidad y por lo tanto la autonomía. Por lo tanto, en los vehículos eléctricos se podrán distinguir dos partes principales, el vehículo y la batería.

En términos de aseguramiento, puede afirmarse que el valor venal de la batería y del vehículo pueden ser muy diferentes. Por este motivo, las baterías pueden asegurarse como una parte del vehículo eléctrico. Y en cuanto a la valoración de los daños en la batería, en caso de siniestro se deberá tener en cuenta la depreciación de esta, partiendo en el primer año de un 100% de su valor hasta un 0% cuando la batería tiene entre siete y ocho años.

Estamos ante un momento de importantes cambios en el seguro del automóvil debido, en gran medida, a la comercialización de vehículos eléctricos y la existencia en los próximos años de circulación de vehículos autónomos. Ante estos cambios, Centro Zaragoza está preparado para trabajar con todos los actores de la cadena de valor del seguro del automóvil y promover una innovación que permita la perfecta adaptación en un mundo que varía a velocidad cada vez más rápida. Veremos, eso sí, como ha afectado a la velocidad de crucero este nuevo enemigo invisible al que nos estamos enfrentando.


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